UN LUGAR SEGURO

 

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   Pensamos en las víctimas, en todos aquellos animales que sufren a diario las consecuencias de nuestra cruel y despiadada cultura de consumo. Reivindicamos un contexto en el que se deje de cosificar a seres sintientes, donde se deje de tratar como objetos a individuos cuyas emociones y deseo de vivir son exactamente iguales a los nuestros; un estado en el que podamos valorar a todas las especies en base a los mismos criterios, donde la declaración universal de los derechos humanos se extienda también a los animales.

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   Queremos que nuestro Santuario sea una pequeña representación de todo ello. En él acogeremos animales rescatados de una agonía y una muerte seguras, e intentaremos devolverles lo que, sólo por el hecho de ser condicionados a nacer en el lugar equivocado, les fue arrebatado sin posibilidad de reacción, su derecho a la vida y su dignidad. Procuraremos que estos animales se sientan seguros y protegidos junto a nosotros, que superen sus terrores y que puedan volver a confiar; que descubran lo que es una vida normal, lo que hay fuera del infierno y que sepan que nunca más volverán a padecer.

   Las instalaciones estarán preparadas para albergar a un número limitado de animales, de modo que las condiciones y recursos resulten ideales para su bienestar. El santuario  se concibe como su hogar definitivo, un lugar en el que envejecer  de forma natural. La diversidad de animales que allí vivirán implicará la adecuación de cada espacio a las necesidades concretas de especie e individuo, valorando conceptos como tipo de animal, complexión, edad, sexo, carácter y estado de salud. Intentaremos crear un ambiente sereno y cordial, con la intención de paliar efectos de traumas arrastrados de su vida anterior al santuario, y no perturbar la interacción entre ellos  tal como lo harían en un estado natural.