​​LA CESTA DE LA COMPRA: ALIMENTACIÓN

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   A veces creemos que nuestras opciones alimenticias se recortan al ser veganos.

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   Sin embargo es totalmente lo contrario; además de descubrir nuevas

y deliciosas recetas y sabores y de mejorar nuestra economía, sólo

tenemos que pararnos un poco a leer los ingredientes en los

envases para descubrir que los recursos disponibles son

muchísimos más de los que imaginábamos. Cuando acabes

de consultar esta lista podrás elaborar una respuesta bien

larga y concisa a la terrible pregunta: “¿y qué coméis los

veganos además de lechuga?”.

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   Antes de pasar a la lista debemos tener en cuenta una serie de puntualizaciones en torno al “mundo de los ingredientes”: números E que debemos evitar por ser de origen animal (pueden aparecer por número o por nombre), ingredientes como la lactosa, el suero lácteo y la gelatina; qué pasa con las trazas…

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   En ocasiones encontraremos productos cuya composición, en apariencia, no contenga ingredientes de origen animal, pero hay que asegurarse. Una galleta, por ejemplo, hecha sin huevo ni leche podría contener otro tipo de ingrediente animal, lo cual es bastante común. Así, algunos incluyen lactosa (azúcar procedente de la leche), suero lácteo o suero de leche y caseína (extraídos de la misma), gelatina (obtenida a partir del colágeno de pieles, huesos y otros tejidos animales) o miel de abeja. Observar los ingredientes es un trabajo que sólo tendremos que realizar una vez, pues ya localizado el producto adecuado, pasará a formar parte de nuestra rutina alimenticia y de manera automática lo localizaremos en las estanterías del supermercado. Prestar atención merece la pena, sobre todo por las vidas que dependen de ello…​

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   Lecitina (E322): las lecitinas son extraídas de las vainas de la soja, de la semilla de otras leguminosas, del maíz, del cacahuete, pero también de las yemas de los huevos. Cuando es de origen vegetal normalmente aparece especificado; por ejemplo: “lecitina de soja”.

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   Ácido láctico: podemos consumirlo con tranquilidad, pues no es un derivado de la leche, sino que es un  producto  sintetizado a partir del azúcar por un tipo esencial de bacterias. ¡Ojo!, no confundir con “suero lácteo” que sí es de origen animal.

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   Trazas: cuando leemos los ingredientes de determinados productos, con frecuencia al final encontramos una frase del tipo: “Puede contener trazas de leche, huevos, frutos secos, …” Prácticamente a todos los veganos recientes les ha asaltado la misma duda, ¿qué significa eso de “las trazas”?. El hecho de que veamos trazas de leche no es indicio de que el producto contenga leche, sino más bien una indicación que los fabricantes deben hacer constar por si el consumidor fuese alérgico a ella. La fabricación en cadena de muchos alimentos implica a menudo compartir recipientes y con ello es posible que restos de los ingredientes de unos se mezclen con los siguientes. En cualquier caso no debe preocuparnos consumir productos en cuyas trazas exista algún ingrediente NO APTO, puesto que más bien es un problema de higiene que de “receta” y por tanto, con ello, no estamos demandando nada que contenga substancias de origen animal.