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Piel


   Cada año 20 millones de animales son capturados en trampas y 40 millones son criados en granjas de todo el mundo con el fin de utilizar sus pieles. La mayoría de las granjas de pieles se encuentran en Europa, que produce el 70% de la producción mundial de visón y un 60% de la piel de zorro.


   Sin embargo, en este sentido, y ante la ausencia de legislación que ampare unos mínimos derechos sobre las condiciones en que se deben mantener recluidos estos animales o en la forma de sacrificarlos, China se está convirtiendo a pasos agigantados en uno de los principales productores. Es precisamente de este país de donde procede casi la práctica totalidad de piel de perros y gatos, aunque hay otras naciones asiáticas, tales como Vietnam, Camboya o las dos Coreas y Filipinas, que también comercializan este tipo de piel. Son unos dos millones que se matan cada año, y cuya piel o cuero suele acabar en ropa, juguetes u objetos de bazar. Como la piel más solicitada es la gruesa, normalmente estos perros y gatos son mantenidos en unas condiciones de frío y humedad extremos para así optimizar el grosor y la longitud de su piel. Se suelen sacrificar ahorcándolos, para luego clavarles un cuchillo en la ingle o bien, aprovechando que tienen su boca abierta, ahogarlos con agua. Si bien es bastante común que los animales aún permanezcan vivos mientras son desollados. Las pieles más demandadas son las de gato de pelo corto y las de pastor alemán.


   Aunque el Parlamento Europeo aprobó un Reglamento que prohíbe la comercialización, importación o exportación de pieles de perros y gatos a partir del 1 enero de 2009 es casi imposible llevarlo adelante, ya que los productos chinos que entran en los países de la Unión Europea no cumplen unas normas estrictas de etiquetado, y estas pieles suelen utilizarse en todo tipo de productos, muchas veces en juguetes o peluches.


   De todas formas, en aquellos países en lo que sí se regula el bienestar de los animales las condiciones en que se mantienen recluidos animales como visones, chinchillas, zorros, martas, hurones, mapaches, nutrias o conejos, como la forma en que son sacrificados el panorama es también desolador.


   A los visones se les mantiene en jaulas de 40 cm de largo, 40 de ancho y 50 de alto, de forma que prácticamente no se pueden mover durante 6 meses, que es la edad a la que son sacrificados. Para las hembras la situación aún es peor, ya que permanecen encerradas unos cinco años, siendo inseminadas continuamente para que así puedan procrear y dedicar las pieles de sus hijos a este negocio. Además, con el fin de buscar la mayor rentabilidad posible, se les expone a largas jornadas de luz artificial de forma que se alargan los días consiguiendo así reducir el período de gestación. Los métodos de sacrificio utilizados buscan siempre que no supongan el más mínimo deterioro de la piel, por lo que generalmente son gaseados, muriendo por asfixia, en muchos casos durante períodos de hasta 30 minutos, ya que los visones tienen una gran capacidad para retener la respiración. También pueden ser asesinados mediante el uso de venenos, como la estricnina o inyecciones letales que les producen muertes lentas y dolorosas. Si son demasiado grandes o se trata de zorros se les coloca un electrodo en el ano y otro en la boca y son electrocutados con una descarga de 240 voltios, que literalmente los calcina por dentro, pero que deja sus pieles intactas. Por supuesto, no se comprueba de forma exhaustiva si el animal está muerto o agonizando antes de proceder a quitarle la piel, lo que provoca que un gran número de estos animales sean desollados vivos y totalmente conscientes.


   En España hay unas 60 granjas, la mayoría en Galicia, que crían 400.000 visones al año, que nacen en abril y mueren en noviembre-diciembre. En Austria, Croacia y Reino Unido están prohibidas. En Suiza, aunque están reguladas, las condiciones que se les exigen son tan estrictas que no hay ninguna.


   Aunque la inmensa mayoría de las pieles proceden de animales recluidos y sacrificados en granjas, otros muchos proceden de animales silvestres, tales como el zorro gris, la nutria, el castor, el mapache, el coyote, el lobo o la ardilla rusa y china que son capturados con trampas tan espantosas, como la “steel jawed trap”, prohibida en muchos países. Se trata de cepos dentados que apresan las patas del animal, desgarrando ligamentos y rompiendo los huesos. Pero cualquier trampa es terrible, los lazos de alambre tan utilizados en la mayoría de los países atrapan normalmente al animal por la parte de atrás. La desesperación por liberarse, la sed, el hambre y, sobre todo, las hembras que han dejado esperando a sus crías, hace que no dejen de tirar hasta que sus órganos son prácticamente destrozados, llegando casi a seccionarse la parte posterior de su cuerpo.


   Además las trampas no son selectivas y suelen atrapar todo tipo de animales. Hay estudios que establecen que por cada animal buscado se atrapa una proporción que va desde 3 a 10 animales no buscados.


   Una de las matanzas de animales realizadas para obtener su piel, que ha alcanzado mayor polémica en los últimos años, es la matanza de focas que cada primavera tiene lugar en la Península del Labrador y de Newfoundland. Cientos de miles de focas, el 95% de menos de 3 meses, mueren a golpes para que sus pieles, su grasa y sus penes (muy valorados como afrodisíaco) lleguen al mercado. Ante las numerosas protestas y las espeluznantes imágenes que han dado la vuelta al mundo, el gobierno canadiense ha pretendido “regular” esta matanza. Así, teóricamente, antes de proceder a desollarlas, se deben asegurar que las focas estén muertas. Sin embargo, en el 42% de los casos (según el informe de un equipo independiente de veterinarios formado para este fin en 2001) las focas no presentaban evidencias de daño craneal suficiente, no ya para estar muertas, sino ni siquiera inconscientes, en el momento de despellejarlas. También se ha prohibido cazar “white coat”, crías blancas de foca que tienen menos de dos semanas, muy demandadas, dado que desde de ese momento empiezan a salirle manchas en la piel. Sin embargo sí pueden cazarse a partir de esa edad, a pesar de que aún están mamando y todavía nunca se han sumergido en el agua, por lo que no tienen escapatoria posible. También el gobierno ha establecido cuotas de caza, que, sin embargo, siguen subiendo (en 2010 fue de 330.000), además no suponen multas en caso de sobrepasarse.


   Aunque a menudo en estos textos citemos las “regulaciones” establecidas por las industrias cárnicas o de la piel es obvio que lo hacemos para dejar en evidencia los verdaderos intereses de quiénes se dedican a establecer leyes con el fin de intentar aliviar conciencias. Es evidente que no se puede regular el asesinato, la tortura ni el sufrimiento.


Para hacer un sólo abrigo de piel se necesitan, dependiendo del animal al que se la hayan arrancado:

   El 2003 en España se mataron 26 millones de animales para hacer vestimenta. Conejos, zorros, visones, nutrias, corderos. Dejando un beneficio de casi medio millón de euros. Lo que significa que 52 vidas animales valen 1 euro

 

   Cada vez son más los que se oponen al uso de pieles porque conocen el sufrimiento que hay detrás. Incluso diseñadores como  Stella McCartney, Calvin Klein, Bill Blass, Betsy Johnson, y muchas modelos se niegan a utilizar o modelar pieles. Y no sólo en el mundo de la moda, directores de cine como Scorsese, Rob Reiner, Oliver Stone y otros, usan pieles falsas en los rodajes de sus películas.

•         300 chinchillas
•         20 nutrias
•         54 visones
•         18 linces
•         20 focas bebé
•         8 focas adultas
•         42 zorros rojos
•         50 zorros plateados
•         60 martas
•         250 ardillas
•         12 lobos
•         15 castores
•         7 leopardo
•         25 zarigüeyas

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